El autor de este artículo es Michael Roberts, un economista marxista político británico. Después de la “Tercera Plenaria del Partido Comunista de China”, los líderes chinos esperan promover el desarrollo económico a través de una nueva ronda de “transformación tecnológica revolucionaria y actualización profunda de la industria”, basada en la educación, la tecnología y el talento. Sin embargo, los medios occidentales y los economistas convencionales no ven con buenos ojos la economía china y continúan prediciendo su caída en una crisis económica. En respuesta a estas opiniones, el autor presenta una serie de gráficos e información para refutarlas, y también señala que China no solo ha reducido su intensidad de emisiones de carbono, sino que también ha logrado un verdadero progreso económico que ha mejorado sustancialmente la vida de su pueblo.
El autor comienza destacando la importancia de la “Tercera Plenaria del Partido Comunista de China”, que se llevó a cabo en 2013. En esta reunión, los líderes chinos reconocieron la necesidad de un cambio en el modelo de desarrollo económico del país y establecieron una serie de objetivos para lograrlo. Desde entonces, China ha estado trabajando arduamente para lograr estos objetivos y está demostrando un progreso significativo.
Una de las principales preocupaciones de los medios occidentales y los economistas convencionales es la deuda de China y su creciente burbuja inmobiliaria. Sin embargo, el autor señala que, según los datos del FMI, la deuda total de China en relación con su PIB es en realidad menor que la de otros países desarrollados. Además, el gobierno chino ha implementado medidas para controlar el mercado inmobiliario, como restricciones de compra y venta, lo que ha resultado en una disminución en los precios de la vivienda.
Otro argumento común contra la economía china es que está demasiado dependiente de la inversión en infraestructura y no lo suficiente en el consumo interno. Sin embargo, el autor señala que el crecimiento del consumo en China está superando al de la inversión en los últimos años, lo que demuestra que el país está avanzando en la dirección correcta.
El autor también destaca la reducción en la intensidad de emisiones de carbono de China, que ha sido lograda a través de la implementación de políticas de energía limpia y el uso de tecnologías más sostenibles. Esto demuestra que China está comprometida con el desarrollo económico sostenible y la protección del medio ambiente.
Finalmente, el autor enfatiza en el verdadero progreso en la calidad de vida de los ciudadanos chinos. Con el aumento del ingreso per cápita, la reducción de la pobreza y el acceso a mejores servicios de salud y educación, China ha logrado mejorar significativamente la vida de su pueblo.
En conclusión, el autor demuestra a través de datos y gráficos que la economía china no solo está progresando, sino que también está tomando medidas para garantizar un desarrollo sostenible en el futuro. A pesar de las críticas de los medios occidentales y los economistas convencionales, China está avanzando en la dirección correcta y su pueblo está experimentando una mejora real en su calidad de vida.