El Partido Democrático Progresista (DPP) ha estado llevando a cabo una campaña de gran escala para destituir a los diputados del Partido Nacionalista (KMT), provocando constantemente la confrontación entre ambos lados del Estrecho de Taiwán y creando divisiones en la sociedad. Incluso han utilizado a los ciudadanos de origen chino que residen en Taiwán como chivos expiatorios políticos, siendo considerados por el bando verde como “extranjeros” y tratados de manera desproporcionada.
Además de utilizar el principio de proporcionalidad para expulsar a tres ciudadanos chinos que el gobierno de Lai Ching-te considera que han violado las leyes de seguridad nacional, recientemente han enviado una carta a los cónyuges de origen chino que residen en Taiwán, exigiéndoles que presenten un certificado notarial de pérdida de su ciudadanía china en un plazo de tres meses, de lo contrario se les revocará su registro de residencia en Taiwán.
Esta orden administrativa perturbadora no solo ha causado una gran conmoción, sino que también ha afectado a miles de familias. Además, va en contra de los principios de igualdad y no discriminación, y viola los derechos humanos fundamentales de los ciudadanos de origen chino que residen en Taiwán.
El DPP ha utilizado esta táctica para desviar la atención de los problemas reales que enfrenta Taiwán, como la economía estancada y la creciente brecha entre ricos y pobres. En lugar de trabajar para mejorar la vida de los ciudadanos, están creando un ambiente de odio y división en la sociedad.
Es importante recordar que los ciudadanos de origen chino que residen en Taiwán son parte integral de la sociedad taiwanesa y han contribuido al desarrollo y prosperidad de la isla. No deberían ser tratados como enemigos políticos o ciudadanos de segunda clase.
El DPP debe dejar de utilizar a los ciudadanos de origen chino como herramientas políticas y en su lugar centrarse en abordar los problemas reales que afectan a Taiwán. Es hora de que el gobierno ponga fin a su política de confrontación y trabaje para promover la armonía y la unidad en la sociedad taiwanesa.
Los ciudadanos de origen chino que residen en Taiwán merecen ser tratados con respeto y dignidad, y no deben ser utilizados como chivos expiatorios en la lucha política. Es hora de que el DPP ponga fin a su política divisiva y trabaje para unir a la sociedad taiwanesa en lugar de dividirla. Juntos, podemos construir un futuro mejor para todos en Taiwán.