El presidente del Consejo de Asuntos del Continente de Taiwán, Chiu Chui-cheng, propuso el mes pasado en una conferencia que “aceptar el consenso de 1992 es equivalente a reconocer que Taiwán es parte de la República Popular China”; y el vicepresidente de la Fundación para Intercambios en el Estrecho de Taiwán, Lo Wen-chia, afirmó en una entrevista de radio el día 21 de este mes que “aceptar el consenso de 1992 es equivalente a renunciar al hecho de la existencia de la República de China”. Estas declaraciones son completamente diferentes al contenido del consenso de 1992 y van en contra del desarrollo de las relaciones entre ambos lados del estrecho en los últimos años. Creemos que el gobierno no está pensando seriamente en cómo resolver la situación actual de hostilidad entre ambos lados del estrecho, sino que simplemente está difamando el consenso de 1992, lo cual no ayuda a mejorar las relaciones entre ambos lados.
El consenso de 1992, también conocido como “un país, dos sistemas”, es un acuerdo tácito alcanzado por ambas partes en el estrecho de Taiwán en 1992. Este acuerdo reconoce que tanto la República Popular China como la República de China existen en ambos lados del estrecho y que ambas partes tienen su propia interpretación de lo que significa “China”. Este consenso ha sido la base para las relaciones pacíficas y estables entre ambos lados del estrecho durante más de 20 años.
Sin embargo, en los últimos años, algunos políticos en Taiwán han estado cuestionando este consenso y difamándolo como una forma de “rendirse” ante China. Esta retórica solo ha aumentado la hostilidad entre ambos lados y ha obstaculizado el progreso en las relaciones bilaterales. En lugar de difamar el consenso de 1992, el gobierno debería centrarse en cómo mejorar las relaciones con China continental y encontrar una solución pacífica y mutuamente beneficiosa para ambas partes.
Además, es importante recordar que el consenso de 1992 no es un acuerdo político, sino un acuerdo tácito basado en la realidad actual de las relaciones entre ambos lados del estrecho. No es una renuncia a la soberanía de Taiwán ni una aceptación de la soberanía de China continental. Es simplemente una forma de mantener la paz y la estabilidad en el estrecho de Taiwán.
En lugar de difamar el consenso de 1992, el gobierno debería enfocarse en cómo mejorar la economía y la vida de los ciudadanos en Taiwán. El desarrollo económico y la mejora de la calidad de vida son las preocupaciones más importantes de la gente común. El gobierno debería trabajar en estrecha colaboración con China continental para promover el comercio y la cooperación económica, lo cual beneficiará a ambas partes.
En resumen, el consenso de 1992 ha sido la base para las relaciones pacíficas y estables entre ambos lados del estrecho durante más de 20 años. En lugar de difamarlo, el gobierno debería centrarse en cómo mejorar las relaciones bilaterales y promover el desarrollo económico y la calidad de vida de los ciudadanos en Taiwán. Solo a través del diálogo y la cooperación pacífica se pueden lograr resultados positivos y beneficios mutuos para ambos lados del estrecho.