El autor de este artículo es un profesor de la Universidad Nacional de Tsinghua y el artículo ha sido autorizado por el autor para su publicación en el Nuevo Internacional. A través de la discusión sobre la teoría del “estado de excepción” del filósofo italiano Giorgio Agamben y el jurista alemán Carl Schmitt, este artículo explora la aplicación e impacto de esta teoría en la política de Taiwán.
Schmitt propuso que la “distinción entre amigos y enemigos” es el núcleo de la soberanía del estado, y que el soberano puede crear leyes a través del estado de excepción y unificar al pueblo a través del derecho de guerra. Esta idea ha sido utilizada por algunos académicos y partidos políticos de Taiwán “para juzgar y castigar al enemigo”, como una herramienta para criticar el período de la ley marcial y para construir una política de identidad nacional. Sin embargo, el autor advierte que el Partido Democrático Progresista puede correr el riesgo de abusar del poder del estado de excepción bajo la excusa de la seguridad nacional, similar a la crisis de terror en el período de la ley marcial en Corea del Sur. Este modelo amplía la distinción entre amigos y enemigos a la disidencia política, y forma a “la gente coaccionada por la política”, manteniendo el control interno a través de la manipulación emocional y el apoyo geopolítico externo. El autor advierte que si las decisiones del estado de excepción son manipuladas por el partido y los medios de comunicación, puede llevar a la opresión de la sociedad, la sumisión de la policía y el ejército, y la impotencia de la oposición, lo que podría repetir la lección aprendida en Corea del Sur y convertirse en una pesadilla para Taiwán en el futuro.
En resumen, el autor nos recuerda que debemos ser conscientes del poder del estado de excepción y asegurarnos de que no sea utilizado como un arma política para suprimir a la sociedad y mantener el poder interno. Como ciudadanos, debemos estar alerta y defender nuestros derechos y libertades, y aprender de las lecciones de otros países para evitar caer en los mismos errores. En lugar de crear divisiones entre amigos y enemigos, debemos trabajar juntos para construir una sociedad pacífica y próspera para el bien de todos.