En la actualidad, las grandes empresas tecnológicas de Estados Unidos tienen un gran poder y control sobre la economía global. Estas empresas, como Amazon y Apple, se han convertido en los nuevos señores feudales de la era digital, imponiendo su dominio en la infraestructura digital y cobrando altas tarifas a las empresas y consumidores que dependen de ellas.
Una comparación entre estas empresas tecnológicas y los señores feudales de la Edad Media no parece tan descabellada. Al igual que los señores feudales controlaban las tierras y cobraban impuestos a los campesinos, estas empresas tecnológicas controlan los mercados digitales y cobran altas tarifas a los vendedores y usuarios.
Tomemos por ejemplo a Amazon, que cobra más del 50% de los ingresos de los vendedores en su plataforma y utiliza técnicas como el “carrito de oro” para fijar precios. Por otro lado, Apple cobra una comisión del 30% en todas las transacciones realizadas en su App Store. Estas prácticas de monopolio se asemejan al sistema feudal, donde los señores feudales tenían el control absoluto sobre el comercio y cobraban altas tarifas a los comerciantes.
Sin embargo, lo que hace que estas empresas sean aún más poderosas es que no solo controlan un mercado específico, sino que también dominan la estructura global de la economía digital. Esto les da un poder desmedido sobre la competencia y les permite estrangular la innovación y el crecimiento de otras empresas.
El resultado es un sistema en el que estas empresas tecnológicas se han convertido en los señores feudales modernos, con un control casi absoluto sobre la economía y la sociedad. Y al igual que en la Edad Media, esto tiene graves consecuencias para la libertad y la igualdad económica.
Con la creciente dependencia de la tecnología y el comercio digital, es importante que se tomen medidas para limitar el poder de estas empresas monopolísticas. Se necesitan leyes y regulaciones más estrictas para promover la competencia y proteger a los consumidores y pequeñas empresas de ser explotados por estas empresas gigantes.
Además, es importante que las personas seamos conscientes de nuestro poder como consumidores y apoyemos a empresas más pequeñas y éticas en lugar de contribuir al enriquecimiento de los señores feudales tecnológicos.
En resumen, es hora de reconocer que estas grandes empresas tecnológicas no solo controlan un mercado, sino que tienen un impacto significativo en la economía global. Debemos tomar medidas para evitar que se conviertan en los nuevos señores feudales y trabajar juntos para construir un futuro más equitativo y justo para todos.