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蘇哲安 | 巴黎奧運開幕式的西方幻覺

El profesor de la Universidad de Lyon y investigador de la Universidad de París X, Jon Solomon, ha escrito este artículo. El autor sostiene que la ceremonia de apertura de los Juegos Olímpicos de París es un símbolo de la crisis cada vez más profunda de la ilusión occidental. Aunque la ceremonia enfatiza la “libertad” y los “derechos”, en realidad va en contra del concepto de inclusión. Esta contradicción surge del concepto de libertad en la ilusión occidental: después del movimiento Charlie, la libertad en Francia ha adquirido implícitamente un significado anti-islámico y se ha convertido gradualmente en una doble moral institucionalizada.

La ilusión occidental se basa en la idea de que la libertad es un derecho fundamental y que todos los individuos tienen el derecho de expresarse y vivir de acuerdo a sus propias creencias y valores. Sin embargo, en la práctica, esta libertad se ve limitada por una serie de factores, como la discriminación, la opresión y la exclusión. En el caso de Francia, la libertad se ha convertido en una herramienta para justificar la islamofobia y la exclusión de ciertos grupos de la sociedad.

La ceremonia de apertura de los Juegos Olímpicos de París es un ejemplo de esta contradicción. Por un lado, se enfatiza la importancia de la libertad y los derechos humanos, pero por otro lado, se excluye a ciertos grupos de la sociedad. Esto se ve reflejado en la ausencia de atletas musulmanes en el equipo olímpico francés, así como en la falta de representación de la cultura y la religión musulmana en la ceremonia.

Esta exclusión no solo va en contra de los valores olímpicos de inclusión y diversidad, sino que también refleja la hipocresía de la ilusión occidental. La libertad y los derechos humanos se convierten en una excusa para discriminar y marginar a ciertos grupos, en lugar de ser una verdadera herramienta para promover la igualdad y la justicia.

Es importante reconocer que la ilusión occidental no es una realidad, sino una construcción social que se basa en la opresión y la exclusión de ciertos grupos. La verdadera libertad y la verdadera inclusión solo pueden lograrse cuando se abordan y se eliminan las desigualdades y las injusticias en la sociedad.

En lugar de perpetuar la ilusión occidental, es hora de que Francia y otros países occidentales se enfrenten a sus propias contradicciones y trabajen hacia una verdadera inclusión y diversidad. Los Juegos Olímpicos de París pueden ser una oportunidad para promover estos valores y demostrar que la libertad y la inclusión no son solo palabras vacías, sino acciones concretas que pueden transformar la sociedad.

En resumen, la ceremonia de apertura de los Juegos Olímpicos de París es un recordatorio de que la ilusión occidental está en crisis y que es hora de abordar las contradicciones y trabajar hacia una verdadera libertad e inclusión. Como sociedad, debemos dejar de lado nuestras ilusiones y trabajar juntos para construir un mundo más justo y equitativo para todos.