Una problemática relacionada con la pérdida auditiva es en realidad una cuestión de cambios, detrás de los cuales hay una necesidad de reflexión sobre la sordera, la discapacidad y la carga de enfermedades.
Básicamente, a medida que la sociedad envejece y entra en lo que se llama una “sociedad superenvejecida”, la pérdida auditiva, la carga de enfermedades y sus ramificaciones en términos de costos personales, familiares, físicos, psicológicos, económicos, laborales, sociales y médicos se han convertido en una realidad social colectiva. Sin embargo, la descripción y representación de la “imagen de la pérdida auditiva” sigue siendo una perspectiva egocéntrica y un discurso unidimensional de diferentes profesionales. Esto no puede continuar. Necesitamos una perspectiva más amplia y holística para comprender adecuadamente esta cuestión.
En primer lugar, debemos reconocer que la pérdida auditiva no tiene un impacto único en la persona que la sufre, sino que afecta a todas las áreas de su vida. Tanto la persona como su familia y amigos pueden experimentar una disminución en la calidad de vida debido a la discapacidad auditiva. Además, la pérdida auditiva puede generar problemas económicos, ya que los costos de los audífonos, las citas médicas y otros tratamientos pueden ser altos y difíciles de cubrir. Esto, a su vez, puede afectar la capacidad de la persona para trabajar y mantenerse económicamente, lo que lleva a una mayor carga financiera para la familia y la sociedad.
Además de esto, la pérdida auditiva también afecta la salud mental y emocional de la persona. Se ha demostrado que las personas con pérdida auditiva experimentan sentimientos de aislamiento, soledad e incluso depresión. También puede afectar su autoestima y confianza en sí mismos, especialmente en situaciones sociales. Todo esto contribuye a una disminución en la calidad de vida y puede afectar negativamente las relaciones personales.
Por último, pero no menos importante, debemos considerar la carga de enfermedad asociada con la pérdida auditiva. No solo afecta la salud de la persona, sino que también puede tener un impacto en el sistema de atención médica y el bienestar económico de la sociedad en general. La prevención, el diagnóstico y el tratamiento adecuados de la pérdida auditiva pueden ayudar a reducir esta carga y mejorar la salud y la calidad de vida de las personas afectadas.
Debemos comenzar a ver la pérdida auditiva como una cuestión compleja y multidimensional que afecta a todos los aspectos de la vida de una persona. Necesitamos una mayor conciencia y comprensión de esto para poder abordarlo adecuadamente y proporcionar una mejor atención y apoyo a aquellos que lo necesitan. Con una actitud positiva y acciones adecuadas, podemos asegurar que la sociedad se convierta en un lugar más inclusivo y compasivo para aquellos que viven con pérdida auditiva.